Psicología positiva

Historia

La psicología positiva surgió a finales de la década de los noventa gracias a los trabajos del psicólogo Martin Seligman, fundador de esta disciplina. Desde entonces, son muchos los estudios que se han llevado a cabo en diversas áreas de conocimiento relacionadas con la psicología positiva, como la esperanza, la felicidad, las fortalezas del carácter, los valores, las relaciones positivas, la resiliencia, etc.

 

Por supuesto, la psicología positiva no ignora los problemas o los trastornos psicológicos, sino que viene a complementar la psicología tradicional como una rama más de conocimiento y estudio del ser humano desde una nueva perspectiva.
Una persona puede no estar deprimida ni tener ningún problema emocional o trastorno psicológico, pero aun así puede que tampoco sea feliz. Es decir, la ausencia de dolor no implica felicidad.
¿Qué es?
La psicología positiva es una disciplina de la psicología que viene a decirnos que la salud emocional es algo más que la ausencia de enfermedad.
La psicología positiva estudia las bases del bienestar psicológico y de la felicidad, así como de las fortalezas y virtudes humanas. Tradicionalmente la ciencia psicológica ha dedicado mucho esfuerzo a estudiar los aspectos negativos y patológicos del ser humano (ansiedad, estrés, depresión, etc), dejando de lado a menudo el estudio de aspectos más positivos como, por ejemplo, la creatividad, la inteligencia emocional, el humor, la sabiduría, la felicidad, la resiliencia, etc. Este enfoque es denominado también por algunos autores como salugénico. El impulso definitivo para la creación de la psicología positiva fue dado por el Prof. Martin Seligman de la Universidad de Pensilvania y antiguo Director de la Asociación Americana de Psicología.
Se pueden encontrar antecedentes de la psicología positiva en filósofos como Aristóteles, que dedicó parte de sus escritos a la εὐδαιμονία (eudaimonía, término griego habitualmente traducido como felicidad), pero también en psicólogos como Abraham Maslow o Carl Rogers, pertenecientes a la corriente llamada psicología humanista. Una de las características definitorias de la psicología positiva respecto a sus antecedentes históricos radica en que dentro de sus principios se establece que se enmarcará dentro del método científico. De esta forma, los hallazgos obtenidos, así como las aplicaciones tendrán la garantía de haber sido validadas científicamente.
La psicología positiva estudia diversos aspectos del ser humano: emociones positivas como la felicidad, la alegría o el amor, y fortalezas como el optimismo, la creatividad, la gratitud, la sabiduría, o la resiliencia.
Estudios recientes han mostrado, por ejemplo, que la influencia de los ingresos económicos sobre la felicidad sólo es relevante hasta cubrir las necesidades básicas. A partir de un determinado nivel, mayores niveles de ingresos parecen no aportar mayores niveles de felicidad. Por el contrario, la cantidad y calidad de relaciones interpersonales aparece como el factor que más a menudo aparece asociado a un mayor nivel de bienestar psicológico percibido. Otros factores como el optimismo, la autoestima y la gratitud, o rasgos básicos de personalidad como la extraversión y la estabilidad emocional, también aparecen relacionados con mayores niveles de felicidad. Plantilla:(Oblitas,2008)
Los estados mentales positivos actúan como barreras a los trastornos psíquicos y tienen un efecto preventivo e incluso rehabilitador, actúan como escudos protectores ante los trastornos psíquicos, refuerzan los anclajes emotivo-cognitivos que todos tenemos de forma natural y pueden ser usadas en un tratamiento psicoterapéutico. La Psicología positiva no es una rama diferenciada de la psicología, sino un conjunto de conceptos y principios que acabarán integrándose en el cuerpo de conocimientos y las técnicas de toda la psicología incluyendo la psicología clínica.
Actualmente, los avances científicos permiten a los psicólogos utilizar herramientas eficaces, para no sólo tratar el malestar emocional, sino prevenir su aparición mediante el entrenamiento de técnicas y estrategias que nos hacen más fuertes y más sanos. La orientación preventiva fue la idea original de Seligman y constituye una de las bases de esta corriente.
El movimiento de la Psicología Positiva se inscribe dentro de la psicología académica por deseo expreso de sus fundadores, es decir, sus conocimientos se elaboran y discuten dentro de las universidades, instituciones de investigación y órganos y eventos asociados (p. ej., asociaciones y congresos científicos). Esto pretende garantizar la máxima fiabilidad a los contenidos que se agrupen dentro de la etiqueta «Psicología positiva». Por tanto, se ruega máxima prevención ante instituciones privadas que puedan usar esta etiqueta de forma poco ética o incluso fraudulenta.
Los hallazgos de esta disciplina están siendo aplicados en muy distintos campos, como por ejemplo en el ámbito educativo, el ámbito organizacional, el ámbito laboral, el ámbito clínico y se ha utilizado últimamente con mucho éxito en la psicogerontologia. Para consultar estas aplicaciones se pueden consultar revistas científicas como «Journal of Positive Psychology» o «Journal of Happiness Studies» y monográficos aparecidos en otras revistas clásicas como: «American Psychology» o «Review of General Pychology».

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