Inteligencia emocional para niños

¿Qué es?

Según Peter Salovey de la 89939-inteligencia2bemocionalUniversidad de Harvard y John Mayer de la Universidad de New Hampshire quienes en 1990 emplearon por primera vez el término para referirse a las cualidades emocionales de la persona para lograr el éxito como:

  • La empatía.
  • La expresión y comprensión de los sentimientos.
  • El control de nuestro genio.
  • La independencia.
  • La capacidad de adaptación.
  • La simpatía.
  • La capacidad de resolver los problemas en forma interpersonal.
  • La persistencia.
  • La cordialidad.
  • La amabilidad.
  • El respeto.

Lo definen como un subconjunto de la inteligencia social que comprende la capacidad de controlar los sentimientos y emociones propios, así como los de los demás, de discriminar entre ellos y utilizar esta información para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones.

¿Cómo se desarrolla en los niños?

Para generar una inteligencia emocional efectiva en un niño primero entenderemos que una cosa es consentirlos y otra muy diferente prestarles atención, debido a que prestarles atención es más que un reconocimiento por algún logró u obsequio por haber hecho algo bien, hablamos de procurarlos en todo momento y brindar tiempo de calidad, ser parte de la vida emocional de los niños.

Por lo tanto, fomentar la relación de padres e hijos involucrándose en los juegos y actividades que realizan es indispensable. Claro para esto no debemos descuidar las reglas y límites que permitan educar al niño con buenos hábitos.

Las emociones morales

Para un desarrollo moral satisfactorio se considera necesario tener emociones y conductas que reflejan preocupación por los demás: compartir, ayudar, estimular, mostrar una conducta altruista, tolerancia hacia los demás y voluntad de respetar las normas sociales.

El profesor William Damon de la Universidad de Brown, quien es considerado como uno de los expertos más importantes de los Estados Unidos en el campo del desarrollo moral de niños y adolescentes, sugiere que para que los niños se conviertan en personas morales deben adquirir las siguientes capacidades emocionales y sociales:

  • Deberían adoptar y comprender lo que distingue una conducta “buena” de una “mala” y desarrollar los hábitos de conducta compatibles con lo que perciben como “bueno”.
  • Deberían desarrollar interés, consideración y un sentido de responsabilidad por el bienestar y los derechos de los demás. Deberían expresar este interés a través de actos de atención, benevolencia, amabilidad y caridad.
  • Deberían experimentar una reacción emocional negativa, incluyendo vergüenza, culpa, indignación, temor y desprecio ante la violación de normas morales.

Empatía

Podemos decir que la empatía es la base fundamental de todas las capacidades sociales, por lo tanto, es importante. Los psicólogos del desarrollo señalan que existen en realidad dos componentes para la empatía: una reacción emocional hacia los demás, que normalmente se desarrolla en los primeros seis años de la vida de un niño, y una reacción cognoscitiva, que determina el grado en el que los niños de más edad son capaces de percibir el punto de vista o la perspectiva de otra persona.

Podemos observar una empatía emocional en la mayoría de los niños pequeños a lo largo de su primer año de vida. Los bebés suelen darse vuelta para observar a otro niño llorar y frecuentemente se pondrán a llorar también. El psicólogo del desarrollo Martin Hoffman la denomina “empatía global” debido a la incapacidad del niño para distinguir entre él mismo y su mundo, interpretando la aflicción de cualquier otro bebé como propia.

Dado lo anterior lo recomendable es dar un ejemplo que puedan reproducir los niños, en donde se preocupen por los demás y que las conductas sean coherentes con los sentimientos. Enseñarles a practicar constantemente actos de bondad.

Sinceridad e integridad

Para generar sinceridad siempre por parte de los niños, tiene que ser un habito de comunicación de él y los padres de forma cotidiana en la donde la verdad siempre este presente, y la confianza sea un valor primordial.

El pensamiento realista

La capacidad de los seres humanos para engañarse a sí mismos es casi ilimitada, lo cual hace que enseñarles a los niños el pensamiento orientado hacia la realidad ocupe un primer premio. Nuestro cerebro emocional parece tener la capacidad de vestirse con una armadura a fin de proteger sus deseos más fervientes del ataque del cerebro lógico.

En lugar de tratar de proteger a los niños de un problema, podemos ayudarlos más siendo veraces, por más dolorosa que pueda ser la situación. Cuando explicamos la situación a nuestros 54 hijos, detallando los hechos desde nuestro punto de vista, aprenden que tenemos la fuerza emocional para examinar y enfrentar incluso la situación más penosa. Esto transmite en forma implícita el mensaje de que ellos pueden hacer lo mismo.

La capacidad de resolver problemas

Los niños pequeños pueden resolver problemas bastante complicados cuando son formulados en términos familiares y concretos, aun cuando no tendrían éxito en esos mismos problemas si se los presentara de una manera abstracta, inexacta desde el punto de vista de los hechos, o hipotética.

Nota: Esta información es tomada del libro LA inteligencia emocional del niño, Shapiro, Lawrence E, Vergara Editor, S.A. México, 1997

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